viernes, 16 de octubre de 2009

A propósito de los jingles (escrito luego de sostener el micrófono en el Podcast)

Por Francisco Javier Ormazábal (ex papurri)


Hum, con la excusa de escribir algo, voy a partir hablando de la canción de Piñera. Y no me refiero a la cueca brava del Negro (de eso hablaré después), sino de la polémica que ha originado, cortesía de The Clinic, el uso de quenas, zampoñas y semillas en el jingle oficial del candidato. Y es que Jorge Coulon decía que la música andina es patrimonio de una sensibilidad de izquierda, pro-americanismo (de lo cual después se desdijo), mientras otros aplaudían que la derecha se estuviera abriendo a estilos musicales que usualmente le son ajenos.
Yo no sé. Los jingles me producen opiniones encontradas. Es cierto, es música propagandística, y la idea es que diga cosas como “Perico de los Palotes es el mejor”, o “por la gente y la libertad, vote por…”. Pero, por otro lado, esa concepción proviene de una forma de entender la cultura que ya no tiene la misma validez que antes, con la tan recontra-comentada caída de los grandes relatos e ideologías. Por eso, tiendo a ver con mejores ojos los jingles divertidos, que optan por reírse de la idea de ser un jingle; o bien, que tomen al candidato como un producto publicitario, más que como alguien de real importancia. Que se asuman como un chiste caza-bobos, y punto, sin engaños.
¿Adónde voy con todo esto? Bueno, a que la canción de Piñera parece, por un lado, ser un intento serio para arrimar votantes usualmente ajenos a la derecha; pero por el otro parece ser una forma de reírse de los himnos de la izquierda. Tal vez es así aprovechándose de la cercanía que, pese a la plata, Piñera puede tener con el sector más de centro-izquierda. Lo digo, por ejemplo, por su costumbre de citar a Allende y a Brecht en sus discursos post-elecciones. Además, por su familia DC, y por sus hermanos pro-MEO (José y mi querido Negro).
Por eso me gusta más la canción de Felipe Avello para MEO, la canción de Arturo Frei Bolívar (que parecía música de supermercado), e incluso el twist del Partido Radical, donde los vejestorios salían bailando como los lolosaurios que son. A propósito, siempre quise ver una campaña donde los viejos del Partido Radical salieran haciendo algún deporte extremo, como tirarse en bunjee, o en paracaídas, y gritando “YO SOY RADICAAAAAAL”, pero nunca lo hicieron. Changos, quedé con las ganas de ver a Tombolini en snowboard.
Para terminar, y volviendo a los jingles, me llama la atención también que dos de los candidatos tengan una cueca supuestamente brava para promocionarse. Según el profesor Claudio Rolle, eso es porque la cueca tuvo su revival en los 90, vía Los Tres, y ahora, vía Daniel Muñoz. Así, sería un intento de conseguir más popularidad, apelando a algo que está de moda. No sé si sea tan así, porque también está de moda Américo, y no veo cumbias de los candidatos. Bueno, tal vez MEO haga una ahora, tal como ya hizo una cueca harto más brava y atractiva que la de Piñera.


"Así queremos Chile, papáaaaaaaaa"

A propósito, el videoclip de la cueca del Negro Piñera parece haber sido editado por el comando de Frei. O tal vez lo hizo el mismo Negro, no lo sé.

jueves, 15 de octubre de 2009

La ciudad y la campaña electoral

Por María Fernanda Almeida

El marketing electoral en época de elecciones es voraz. Las calles de Santiago se colman con publicidad de los candidatos a La Moneda y a otras dependencias públicas con la intención de captar la mayor cantidad de votos posibles de los electores.

Sin embargo esta acción causa algunos problemas para la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (CONASET) y otras dependencias que trabajan en beneficio de la ciudad. La mala colocación de publicidad electoral puede representar serios problemas para el tránsito y violar algunos de los artículos de la Ley que no permiten colocar publicidad electoral en algunos lugares de la ciudad.


El numeral Nº103, incisos 2do. y 3to. y Art.165 inciso 6to. de la ley de tránsito (18.290) se establece que “no pueden instalarse en las aceras y bermas, a menos de 20 metros de la esquina, propaganda comercial, kioscos, casetas, ni otro elemento similar que obstruya la visual del conductor”. Pese a esto, la publicidad continúa y en varias ocasiones causa estragos en los límites de la ley de tránsito.


Según Emilio Oñate, Secretario Ejecutivo de CONASET, esta acción causa serios accidentes de tránsito al impedir la visibilidad del conductor. No sólo entorpece el tránsito vehicular, sino que también impide la circulación de transeúntes y puede causar otros accidentes domésticos como el desplazamiento de letreros publicitarios sobre las calzadas a causa del viento.




La Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones No 18.700 entrega la potestad a Carabineros de Chile para retirar la propaganda electoral que no esté permitida por Ley y que cause inconvenientes a la libre circulación de los peatones y que sea colocado en lugares no permitidos como semáforos, puentes, parques, fuentes y bienes públicos. Una vez que actúe la institución, los cargos serán presentados en los Juzgados de cada una de las comunas de Santiago.

El tras bambalinas de las campañas

Por Elisa Villalobos


En tiempo de elecciones las promesas de los candidatos a la presidencia son practicamente diarias y ellas están plasmadas en todos lados: en afiches en la calle, propaganda en las radios y en la franja electoral de la televisión.

Pero detrás de cada campaña hay un grupo de creativos, los publicistas, tratando de dar con el concepto que refleje al candidato, la palabra que quede en la retina de los votantes, para que, finalmente, lo persuada para poner la raya justo ahí, al lado del nombre del futuro presidente.

Entrevistamos a dos connotados publicistas Ángel Carcavilla (A.C.), en la foto de la superior, director creativo de Carcavilla Boutique y a Cristián Leporati (C.L.), en la foto inferior, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, para que nos expliquen cómo es crear una campaña política y cómo se mixturan los dos ingredientes principales de ellas: las propuestas y la imagen.

¿Cómo es el proceso de creación de una campaña política?

A.C: Lo primero que se hace para la creación de una campaña política es definir el gran concepto que dé el marco en que se moverá comunicacionalmente el candidato. Esto dará la línea de seguimiento que ordenará y armará lo que el candidato quiere comunicar.
Después de definir el gran concepto se arman las piezas que, creativamente, acompañarán a los elementos de la campaña, como por ejemplo el slogan.

C.L.: Parte de un estudio previo donde se hace un análisis estratégico del candidato, analizas también el entorno competitivo, conociendo a fondo los otros candidatos con los que compite, se debe conocer cuales son los perfiles de cada uno de ellos y eso se contraste con estudios de opinión pública, por ejemplo etnográficas. De ahí se saca un plan de comunicaciones estratégicos para el candidato y recién ahí vas a la parte publicitaria, para establecer cual va a ser el concepto, bajo que medio se va a establecer

¿Cuáles son los elementos esenciales, las ideas fuerzas básicas que debe tener una campaña política para tener éxito en los votantes?


A.C.: Principalmente hay que tener un buen candidato, que sepa hablar y que no genere disonancias que acaben con una campaña bien preparada. Si tanto el candidato, como la campaña son buenas, se genera un engranaje de la estrategia publicitaria y política del candidato.
Actualmente, a mi parecer, todos los candidatos tienen un slogan claro a excepción de MEO, él es díscolo tanto en materia partidista como conceptualmente. La propaganda de este candidato no nos deja saber para donde va.
Pero la publicidad también puede limpiar estos ruidos y decir de forma eficaz lo que se quiere decir y desde esa plataforma dar pencazos fuertes.

C.L.: No hay recetas para esto, lo esencial, como también pasa con los productos, es que no existan disonancias entre la promesa y el candidato. Esa promesa debe ser contingente y atingente al público al que se quiere llegar.


¿Cómo logran los publicistas combinar la imagen que se quiere dar del candidato con las propuestas del mismo?

A.C.: Se empieza a depurar lo político y lo más árido, para luego tratar de sacar la esencia del candidato y su propuesta. Luego, se crea el slogan para hacer la campaña.
Lo mismo sucede cuando hay conflicto, cuando se dispersa el candidato, hay que elegir cada pieza si son distintas hay que unirlas.

C.L.: El problema de los candidatos hoy por hoy, es que no tiene un discurso, antiguamente habían ideologías y esas ideologías te daban un contenido, ahora los contenidos son circunstanciales, son hechos en la medida de lo que pasa con la competencia. Así es como se observa, por un lado, una falta de competencia muy grande y por otro lado, los candidatos no son espontáneos ni consistentes con quienes son, con su historia.
En consecuencia es complejo porque la suma de estas cosas le hacen ver a los electores, a candidatos poco reales, prefabricados.
Falta que los candidatos sean espontáneos, ser más lo que son y deben hacerle menos caso a los asesores.

En su opinión, actualmente, ¿tiene mas peso la imagen, la personalidad que proyecta el político en sus campañas que las propuestas para ganar una elección?

A.C.: El gran problema es que los políticos hablan y los productos no. El candidato es fuente, es un personaje construido, hasta a sus errores se les pueden dar diferentes sentidos y significados.
Por lo tanto se debe fusionar muy bien la imagen y la propuesta. Por ejemplo, en el caso de MEO, él tiene una tremenda imagen, pero su propuesta no es clara, en cambio Arrate es mucho más revolucionario en sus propuestas, a mi gusto. Pero su imagen, su publicidad tiene claros elementos de estancamientos, ligados al pasado.

C.L.: Depende del medio, lo que manda es el contenido. Si tú estas en televisión se posiciona mucho mejor la actitud, por ejemplo, en ella prima la forma más que el fondo, el significante más que el significado. Eso esta dado por la importancia de los medios y en particular de la televisión, pero tampoco permite ir más allá con discurso ideologizado, ya que no hay tiempo para eso. La gente capta más bien sensaciones.

¿De qué manera perjudican o benefician los jingles a los candidatos?

Un buen candidato con un buen concepto es aquel que tiene una consistencia entre la personalidad del mismo, con su historia y como se refleja ese concepto en la campaña. Si esto es consiste y su jingle en radio es bueno, va existir una campaña exitosa pero si existen disonancia la gente no lo va a creer y ese jingle va a fracasar, finalmente cuando hay disonancia la gente dice no somos hueones leemos los diarios sabemos cual es la historia de cada candidato y debe existir tal consistencia, sino ocurre lo que ocurrió con Arturo Frei.

Diseños de Campaña: EL ESTILO DE LOS CANDIDATOS

Por Tania Opazo

Una imagen vale más que mil palabras, dicen. Es por este motivo que los candidatos se preocupan de reflejar en sus banderas y carteles todos los atributos posibles para llamar la atención y, eventualmente, conseguir su voto.
Por supuesto, conseguir esta sincronía entre el candidato y su “propuesta estética” no es una tarea sencilla. El diseñador Eduardo Águila, director general de CasaCreativa y experto en gestión estratégica de marketing, habla del efecto que tienen analiza en profundidad el trabajo de los actuales comandos y se atreve a proponer un ranking de las mejores campañas visuales.


Primer Lugar: Sebastián Piñera



“Piñera, es el que lo ha hecho mucho mejor. En su estrella apuesta por colores suaves, apastelados, que funcionan muy bien para campañas como éstas. Además, en su tipografía usa letras más sueltas, con tipografía serif. Eso lo hace más cercano, más blando en la manera de comunicar el mensaje".


Segundo Lugar: Marco Enríquez-Ominami


“MEO ocupa una estrella con una firma en el medio, pero esta imagen tiene un problema: su firma, vista desde cualquier ángulo, parece una mano con el dedo hacia abajo. Este parece un detalle muy pequeño, pero ese tipo de cosas son las que calan en la gente. Además ocupa el rojo, un color complejo, que lleva a la alerta, a la tensión, a la preocupación como estado de ánimo. Por eso es complicado usar ese color en una campaña política. Aunque se entienda que utilice el rojo como un color que se asocia con la izquierda partidista. El tema es que la idea de las campañas es apuntar a un público más general, que vaya más allá de los sectores afines".


Tercer Lugar: Jorge Arrate

"El problema de Arrate es su poca aparición en los medios, pero creo que es el que mejor lo ha hecho desde un punto de vista general, porque se ha hecho notar con una actitud no confrontacional, especialmente después del debate. Eso es algo bastante raro considerando que es el candidato de la izquierda clásica –él también utiliza el rojo, pero lo atenúa con el color verde– pero no tiene suficiente dinero para un despliegue mediático mayor y hacerse notar más que los otros candidatos. Su estrategia me parece la más válida, una donde la postura es “construyamos un Chile amistoso, terminemos por darnos las manos todos”.


Cuarto Lugar: Eduardo Frei


"El caso de Frei es muy preocupante. Él es otro que usa en su campaña el rojo, especialmente en su tipografía –una tipografía en palo seco– que es especialmente dura, lo que evidencia una estética dura, estática, cuadrada. Además, ocupa una flecha, lo que tiene connotaciones súper difíciles: la flecha es indicativa, es impositiva, te indica que tienes que ir en una dirección y no en otra. Con eso se rigidiza el mensaje, porque puede entenderse la flecha como una señal que te dice “éste es el único camino”; como dibujo, es complejo, porque tiene ángulos muy duros, muy cerrados, muy puntudos. Para rematar, mucha de su tipografía hace alusión a la gráfica soviética, yo no sé si lo habrán hecho a propósito, para acercarse a algún sector, pero en general me parece nocivo".

martes, 13 de octubre de 2009

Bienvenido al look de las campañas

Una importantísima tajada, de los gastos de la campañas presidencial, se llevan los medios de comunicación, empresas creativas e imprentas que tienen en sus manos la elaboración de las diferentes técnicas de persuación al votante. En 2005, el ítem de propaganda fue lejos la materia en que más gastaron los candidatos. Piñera destinó a ello el 72% de sus recursos; Bachelet, el 54%; Hirsch el 52% y Lavín, el 60%.
Y, si recordamos la emblemática campaña del Sí y el No, según variados expertos, esta contienda se decidió a favor del No gracias a la potente y efectiva propaganda que fue desarrollada en ese entonces.
Cuando faltan menos de dos meses para ir por primera vez a las urnas en este año, y elegir al futuro presidente, esta página tiene por misión revisar, analizar y entender la actual estrategia de comunicación de los candidatos presidenciales, y desempolvar las antiguas; para revisar nuestra historia cívica en afiches, jingles y spots.